El antinoboísmo

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Por Jaime Chuchuca Serrano

El gobierno de Noboa ha violado más veces la Constitución y las leyes en un año, que cualquier otro gobierno en todo un período. Aunque algunos se rehúsen a usar el término, Ecuador vive una dictadura. Y así como el autoritarismo se ha concentrado en un año, también los adversarios, de tal manera, que se puede hablar de la consolidación del antinoboísmo. Hay sectores marcados, correístas y anticorreístas, que tienen una política cotidiana antinoboísta. Estas opciones, han apoyado a los distintos gobiernos anteriores, como los de Correa, Lasso, Moreno y el del mismo Noboa, pero en la coyuntura, ahora se han dirigido a profundizar el antinoboísmo, y no se podrá comprender el comportamiento político, ni electoral, si no se analiza este fenómeno social.

El anticorreísmo que apoyó a Noboa, se fragmentó, y ahora tiene otras opciones para la primera vuelta; el bando que se quedó apoyando a Noboa, se ha convertido en el noboísmo, que al mismo tiempo que se concentra, reduce sus dimensiones, y se rige por un orden jerárquico de funcionarios hacia abajo, que sobrepasa el apoyo clientelar, usando el Estado en todos los sentidos para generar adhesiones por Noboa. Entonces, el antinoboísmo se compone de distintos grupos de la sociedad: los democráticos que se oponen al autoritarismo de Noboa (y de gobiernos anteriores), también por el movimiento correísta, que es su principal adversario electoral, e igualmente, por la población que más ha sufrido la crisis económica y las políticas del régimen de Noboa.

No obstante, la derecha que se opone circunstancialmente en la primera vuelta a Noboa, puede apoyarlo de llegar este a segunda vuelta. Varias encuestas cercanas al régimen, discrepan en los porcentajes de los indecisos (entre el 12% y el 62%), lo cual es un elemento clave a la hora de analizar las proyecciones electorales para la presidencia y asambleístas del 9 de febrero. Obviamente, la mayoría de encuestas se enfocan en parte del universo de los decididos, relegando el análisis de los indecisos. Incluso, la población indecisa sube en los jóvenes de 16 a 21 años, al 71%. En el supuesto escenario polarizado, se ha querido sentar que las dos opciones, correísmo y noboísmo, pueden cosechar la votación indecisa, sin tener en cuenta terceras y hasta cuartas candidaturas, que pueden incrementar su porcentaje electoral, como Andrea González, Leonidas Iza, Pedro Granja, Luis Felipe Tillería y otras, así no llegue a segunda vuelta. El problema central es que las terceras y cuartas opciones, pueden complicar los porcentajes de las dos candidaturas que van en la punta, sobre todo de Noboa, por el desgaste que acumula en la sui géneris campaña de un candidato-presidente-dictador.

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