El correísmo, corriente política burguesa

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Por Mateo Rodríguez

La corrupción y la impunidad rondaron por las obras del gobierno correístas, se armó un festín de cotnratos y coímas. Por lo menos trece altos funcionarios del gobierno, incluido Rafael Correa y Jorge Glas enfrentan procesos legales por asociación ilícita, tráfico de influencias, concusión, entre otros.

Poco tiempo duró el proyecto en que el correísmo aparecía como un proyecto popular y de izquierda. A poco tiempo de iniciado su segundo gobierno en el 2009, se evidenció un alejamiento de la propuesta inicial que llevó a que las organizaciones populares lo apoyaran, proceso que terminó con la de derechización del gobierno.

Las políticas económicas beneficairon a las oligarquías criollas y el capital internacionl, por ejemplo, en el año 2011 los banqueros tuvieron 393 millones de dólares de ganancia, 10 veces más que en 2001. La política de provisión de alimentos tuvo como principales proveedores a Nestle y Pronaca. El grupo Favorita (Supermaxi) en el 2015 sus inversiones llegaron a 15 millones de dólares, su diversificación y crecimiento le llevaron a incursionar en inversiones hidroeléctricas. Según varias investigaciones académcias, durante este periodo, los grupos Pichincha, Eljuri, NOBIS, Favorita (Supermaxi), Czarninsky (Mi Comisariato) y Pronaca se fortalecieron, este último, por ejemplo, para el año 2015 controlaba el el 45% del mercado de pollos en el país,

Esta afirmación de los grupos monopolicos en el país iba de la mano con el crecimiento del endeudamiento externo que pasó del 2,8% del PIB en 2012, a 8,1% en 2016 y a 9% en 2017, beneficiando de esta manera a los capitales internacionales, principalmente ligados con los bancos chinos.

Otro elemento que desnuda el proyecto capitalista del correísmo es la negociación del oro de la reserva internacional con Goldman Sachs, la concesión de los pozos petroleros ecuatorianos a trasnacionales como Schlumberberger. La política extractivista del correísmo expandio la frontera petrolera y minera en el país, se llevaron adelante los proyectos mineros Fruta del Norte, Mirador, Loma Larga (Quimsacocha) y Río Blanco, que impactó de manera negativa a la vida de las comunidades indígenas y los ingresos ofrecidos por las explotaciones no fueron los esperados.

El supuesto antiimperialismo se cayó definitivamente cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, se entregó como garantía de préstamos el pretróleo a China y se firmó en el 2014 líneas de crédito con el Fondo Monetario Intrernacional. Así que, la claudicación de los intereses patrios sobre los del gran capital no son propiedad únicamente de Moreno y Lasso.

En el ámbito social el correísmo manejó un libreto autoritario, criminalizó a casi 800 dirigentes sociales, defensores de los derechos humanos y de la naturaleza; en el 2014 impidió que se despenalice el aborto en casos de violación; burocratizó el proceso educativo y precarizó el trabajo docente; creó y dividió a organizaciones sociales; despidió mediante el Decreto 813 a miles de servidores públicos, principalmente médicos, odontólogos y enfermeras.

La corrupción y la impunidad rondaron por las obras del gobierno correístas, se armó un festín de cotnratos y coímas. Por lo menos trece altos funcionarios del gobierno, incluido Rafael Correa y Jorge Glas enfrentan procesos legales por asociación ilícita, tráfico de influencias, concusión, entre otros.

Como se puede ver, el correísmo es una expresión de la burguesía con careta de “progresismo”.

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