Por Jaime Chuchuca Serrano
Los Levantamientos sociales se conectan históricamente con diferentes formas de institucionalización, en las que generalmente se pierde la radicalidad inicial que supera lo normativo. El proceso electoral ecuatoriano 2021, está influido por la correlación de fuerzas del Levantamiento de Octubre. Hay tres binomios que expresan el proceso histórico del Levantamiento y la decadencia del Moreno-Correísmo, de los cuales saldrá probablemente el futuro presidente y vicepresidente/a: Guillermo Lasso-Alfredo Borrero, Andrés Arauz-Carlos Rabascall y Yaku Pérez-Virna Cedeño.
El binomio encabezado por Guillermo Lasso representa al bloque de la oligarquía, la burguesía y el poder gubernamental. En Octubre de 2019, Lenin Moreno fue apoyado por el pacto político empresarial de las Cámaras, por la derecha tradicional de los Socialcristianos, de Nebot y Viteri, de los banqueros de CREO y Lasso, del Banco de Pichincha y Teleamazonas, de Ecuavisa, de los grupos burgueses industriales, comercializadores, agroexportadores y por las corporaciones transnacionales, ahora todos estos se agrupan con Lasso. Muchos como Sonnenholzner, Nebot y Noboa renunciaron a su candidatura para favorecer al banquero. Lasso y Borrero son el binomio de la fusión oligárquica del poder atrás del sistema financiero.
Andrés Arauz-Carlos Rabascall es el binomio del correísmo, son el resumen de diez años de corrupción y culpables de que Moreno esté en el gobierno. Arauz ha sido parte del entramado del correísmo en la SERCOP y los ministerios, y Rabascall parte de los medios públicos. Este binomio surgió de la alianza del correísmo con la derecha y centro derecha para participar en las elecciones. El correismo continúa teniendo gran fuerza institucional, electoral y judicial. El poder económico del correrísmo ha logrado unir a varios sectores de la burguesía comunicativa, empresarial y extractivista atrás de su candidatura. Es interesante analizar como el correísmo logra mantener el apoyo de algunas organizaciones de la izquierda internacional, pero no de las izquierdas ni de los movimientos populares ecuatorianos.
Yaku Pérez es el candidato de la mayoría de las fuerzas protagónicas del Levantamiento de Octubre. Pérez es contradictor directo del correísmo en sus distintas variantes: Rafael Correa, Lenin Moreno, Andrés Aráuz. Al mismo tiempo, va contra la política antisoberana de Lasso y la derecha tradicional. Históricamente, Pérez siempre se ha ubicado a la izquierda del tablero electoral, ha pertenecido a las organizaciones populares y ha sido activista constante en las luchas sociales. Fue agredido en muchas ocasiones por el Gobierno de Correa y las transnacionales mineras. La falta de acuerdos con Leonidas Iza y Jaime Vargas puede producir dos efectos: el debilitamiento de la candidatura de Pérez o el aislamiento electoral momentáneo de Iza y Vargas. De acuerdo a los acontecimientos últimos, este segundo efecto es el que va ganando terreno. La alianza de las organizaciones de izquierda, centroizquierda y populares con la candidatura de Pérez, es uno de los fenómenos políticos más interesantes de los últimos tiempos y que puede causar sorpresas en el escenario electoral. Después de su “desliz” con Marangoni, inscribe su binomio con la profesional Virna Cedeño.
Para generar un campo dicotómico, Arauz se ha propuesto combatir a Lasso y este al primero, tratando de opacar totalmente la candidatura de Pérez. Así también ha reaccionado el acuerdo oligárquico comunicativo. La masiva recepción de la candidatura de Yaku Pérez en varios lugares y su multitudinaria inscripción, en tiempos de alejamiento social, se va contra las encuestas de las grandes empresas. Aunque las elecciones siempre institucionalizan y enfrían los ánimos de la agitación popular, Pérez tiene el desafío de encabezar el programa de transformación social surgido en el Levantamiento de Octubre y cumplirlo en los hechos.