Por Jaime Chuchuca Serrano
Mientras Lenin Moreno escribe un par de líneas en mala prosa desde su exilio adelantado en EEUU, después de su vil gobierno, Guillermo Lasso cumple un mes de administración. Lasso empezó su gobierno con 39 millones de dólares declarados en la Contraloría y firmando un poco más de 90 decretos, la mayoría para integrar su gabinete ministerial, en el que existe un gran reciclaje burocrático correísta y morenista. Esto reduce la posibilidad de los enemigos internos y trata de reunir a las élites fragmentadas por sus intereses particulares. El “Ecuador del Encuentro” de Lasso empezó siendo un encuentro de las élites; la alianza de las cámaras de transporte, comercio, industrias, construcción y agricultura, que hicieron campaña por Lasso, ahora es parte del gobierno.
El lenguaje populista neoliberal de Lasso pasó de ser comunicado en las cadenas de la presidencia al formato de “noticias” en los principales medios. Este cambio de estrategia comunicacional tiene mucho más peso que sus mensajes en las redes sociales. Los asesores de información del gobierno coordinan los mensajes con los medios. En este pacto se eliminó el Reglamento de la Ley de Comunicación. Esta casi fusión corporativo-mediática-gubernamental no se había visto desde Mahuad, quién a propósito ha revivido de entre los muertos políticos con una gran campaña mediática para un posible retorno. El primer éxito de Lasso es el pacto corporativo mediático.
Sin duda, en todo el mundo la política de vacunación es el principal movimiento para la reactivación económica. Esto ha sido bien captado por el gobierno de Lasso. Alfredo Borrero, vicepresidente, dirige el plan de vacunación 9/100 en conjunto con Ximena Garzón, Ministra de Salud. En comparación con la nula planificación y el desastre del régimen morenista, la administración actual ha llegado a vacunar hasta 80 mil personas diarias. Aunque parece difícil que se lleguen a inmunizar a 9 millones de personas en 100 días, el contrato de 6 millones de vacunas CanSino de una sola dosis abre gran expectativa. Hasta el martes 22 de junio Ecuador había recibido 5.126.279 dosis, pero apenas tiene 1,2 millones de personas con 2 dosis y 3,7 millones dosis aplicadas. La creciente desconfianza en algunas marcas de baja efectividad se ha convertido en un obstáculo para la vacunación.
Las palabras del presidente sobre la independencia de las funciones es parte del discurso liberal, pero sobre todo marca la etapa del consenso con la burocracia y las fuerzas de la sociedad civil. Aquí se cuenta, por ejemplo, su mensaje de respeto a la resolución de la Corte Constitucional sobre el aborto por violación y la inconstitucionalidad del art. 150 del COIP, así como el modo distante de acción ante las denuncias de corrupción a Pablo Celi en la Contraloría, los INA Papers y otras contra Moreno, lo cual roza con las estratagemas de la impunidad.
Los acuerdos de CREO y Pachakutik-ID en la Asamblea mantuvieron el conflicto congelado, lo cual no durará mucho tiempo ante la inestabilidad política. Las movilizaciones son todavía fragmentarias y se unirán cuando entren en la cancha las reformas económicas y laborales neoliberales que prepara el gobierno. Se mantienen las políticas económicas que dejó Moreno y los acuerdos con el FMI. No habrá cambios significativos en el ingreso a las universidades y la continuidad de las líneas políticas desnudarán pronto las propuestas demagógicas.