Por Selenia Moncada
Bienvenidos todos al Verdadero GUAYAQUIL, al modelo que está muy lejos de ser exitoso.
Quienes me conocen saben que llevo 10 años viviendo en Guayaquil y que no he parado de evidenciar la dolorosa desigualdad que se vive en esta ciudad. La forma tan discriminatoria de gestión con la que se han manejado los gobernantes aquí.
Tengo muchos amigos y familiares en Quito que siempre sacan a relucir lo excelente que ha sido Nebot como alcalde y ahora la Sra. Viteri, dejándose deslumbrar por lo organizado del sistema de transporte, el malecón 2000 lo lindo que se ve Ceibos, Urdesa, las amplias avenidas y en fin todo lo que se promociona a nivel nacional de la gestión. Pero la verdad es otra y siempre ha sido otra.
Hoy el Ecuador entero está asombrado y en estado de “shock” al ver cómo GUAYAQUIL, la gran metrópoli, orgullo ecuatoriano y emblema del modelo exitoso, se ha convertido en el foco infeccioso de este terrible virus, cómo sólo está ciudad tiene más casos confirmados que países enteros como por ejemplo: Chile, Perú, Colombia, RUSIA!!! Nadie entiende ¿“por qué no hacen caso, por qué no se quedan en sus casas?”.
Ahora piensa por un minuto lo que significa quedarse en una casa (por así llamarla) que mida 10 metros cuadrados en la que viven 6 integrantes o más incluyendo adultos mayores, niños y personas con algún cuadro médico. Con paredes de caña y techos de Zinc, sin baño, con un sólo ambiente para todos donde ahí mismo se cocina, sin televisión por cable, sin internet ni libros, ni actividades lúdicas para distraer y entretener a los más pequeños, sin aire acondicionado en una temperatura de 32 grados como la que en este preciso momento tenemos en la ciudad. Con una mezcla de olores nauseabundos producto del escaso servicio de alcantarillado con aguas estancadas a los lados de la casa y con cientos de mosquitos volando en la zona. Ya no suena tan bonito el hashtag #QuédateEnCasa, ¿verdad?
Ahora súmenle que la gran mayoría de estas personas no tienen garantizado su sueldo a fin de mes. El día 31 de marzo va a ser el verdadero caos. A la gran mayoría de ellos el acuerdo ministerial MDT-202-077 no los protege ya que no trabajan en relación de dependencia, a ellos nadie les va a depositar sus sueldos como por arte de magia para que puedan afrontar estos días de cuarentena. Estamos hablado de personas que viven al día, que salen a vender agua, vasos de cola a $0.10 en el centro, los que trabajan como estibadores y les pagan un centavo por cada caja o bulto que cargan, al betunero, (si ese ! Ese mismo al que le hicieron una estatua en la 9 de Octubre con la que el alcalde se tomó una foto), a los que cuidan carros y ganan de la “voluntad” de lo que les dan, la señora que lava ropa ajena, los vendedores de lotería y periódicos, etc. Y así cientos o miles de personas que no tienen un ingreso fijo, a los que el romántico #QuédateEnCasa no representa una opción de seguridad sino una condena a muerte. Cómo ellos lo ven es “o me mata el Coronavirus o me muero de hambre” y el hambre es sin lugar a dudas algo tangible, algo que conocen de cerca, algo contra lo que luchan desde que tienen uso de razón y hoy ellos no están dispuestos de dejarse vencer por su gran enemigo de toda la vida.
Ese es el Guayaquil que hoy están viendo por la tele, el otro? El que mostraba la alcaldía el de Ceibos, Urdesa, Miraflores, la Alborada, Vía a la Costa, La Garzota, la Kennedy, las urbanizaciones privadas ellos sí que están en casa, en otras condiciones criticando a los que salen desde la comodidad de su hogar con internet, tomando una refrescante bebida, jugando play y subiendo videos a tiktok.
Si tuviéramos gobernantes sensatos, con una pizca de solidaridad, apenas se supo del primer caso confirmado hubiesen tomado la decisión de poner en aislamiento a las personas que llegaron de Europa y Estados Unidos, a los que si tenían posibilidades de quedarse quietos en su casa durante 3 semanas. Que se iba a afectar su vida social o su economía pues si… es lo más probable, pero era preferible eso a generar el caos total en toda la ciudad y en el país con lamentables pérdidas de vidas humanas provocando además la crisis económica más fuerte en los últimos años. Pero esa decisión no la tomaron, porque se trataba de sus amigos, sus familiares, sus vecinos, su círculo social.
Además tenían que haberse acordado de ellos, de los otros, los olvidados, a los que sólo visitan una vez cada 4 años para pedir votos y ni siquiera llegan a todos ellos. Total las elecciones se ganan con un 51% de los votos nada más pero como ellos nunca están en su radar no visualizaron la magnitud de contagio que provocarían como el que tenemos ahora.
Hoy les mandan policías, militares, a la Marina, los obligan a quedarse en su casa amenazándolos con multas y prisión cuando no fueron ellos los que causaron el problema. Hoy el país entero levantó el tapete donde los tenían ocultos. Hoy la inequidad y la desigualdad dicen presente a pesar de que siempre lo han estado.
El año pasado hicieron unas hermosas jardineras en Urdesa, modernizaron toda la Víctor Emilio (como le dicen aquí) y ahora hacen lo mismo en la Kennedy, construyeron la plaza Guayarte y la alcaldesa quería construir un acuario virtual. Obras que sin duda traen desarrollo y que serían justificadas en cualquier otra ciudad menos en esta. A los que no regresan a ver, a los que hoy les incomodan, a ellos les construyen piletas y piscinas artificiales, tal vez para poder dormir por las noches con la conciencia tranquila, sólo que hoy hasta eso les quitaron y les dijeron que no las pueden usar.
Atender a estos sectores es hacer obras para todos. Eso es ser solidarios, no organizar una Teletón anual.
¿Entienden por qué nos oponemos, los que no tenemos los ojos cerrados, a la construcción de un nuevo aeropuerto? No es necesario y además hacen falta muchísimas obras más y MÁS importantes. Y para rematar estamos a punto de perder el nivel del Aeropuerto Internacional José Joaquín de Olmedo por causa de la prepotencia y falta de criterio que caracteriza a nuestras autoridades.
La próxima vez que haya un imprevisto tan grave como el que estamos viviendo deberíamos estar preparados para enfrentarlo de la mejor manera. No soy socialista, cada quien debe luchar por lo suyo pero al menos se le debería dar a la gente una real oportunidad y hoy ellos no la tienen, se la han negado por años.
Ojalá que a partir de ahora las cosas cambien y la gente se quite la venda de los ojos y que nunca más se permita que reine la desigualdad ni se la aplauda.