Por Ramiro Vinueza
En la cadena de TV del día lunes 20 de enero, el presidente Moreno, en una intervención teatralizada, mostró su enfado ante el anuncio de una demanda al Estado por parte de las víctimas de las brutales agresiones de la policía durante el levantamiento indígena y popular del mes de octubre pasado.
Asumió furibundo el lenguaje castrense, violento y amenazante de su ministro de defensa, en el sentido de que octubre fue obra de “insurgentes”, de “vándalos” y “terroristas”, repitió el libreto de su ministra María Paula Romo de que los edificios, las calles, los policías sufrieron violación a los derechos humanos. Pero nada dijo de los más 10 muertos, de los 19 jóvenes sin ojos, a los cuales la policía disparó en claro abuso fuerza con intenciones letales; nada de los cientos de heridos y los cientos de los apresados ilegalmente. Para la iracundia gobiernista no existen y con esa omisión pretenden legitimar la represión y el crimen contra quienes protestan.
Esta posición ha generado una ola de rechazo generalizado del pueblo, de las organizaciones sociales que se reivindican protagonistas de un hecho histórico, que detuvo con su lucha un paquetazo económico de grandes dimensiones, que fue la causa principal del levantamiento.
La cadena mostró la desesperación del gobierno por saldar su acelerado deterioro que, ya estando de salida, va cada vez más para abajo (10% de credibilidad) por lo que busca suplir esa debilidad mostrando “dureza”, amenazando con el uso de la fuerza contra el pueblo.
Sin embargo, el descontento y rechazo crece dia a día, pues hay 115 mil ecuatorianas y ecuatorianos echados a la desocupación en el año 2019, una alza de 0,20 centavos de dólares al Salario Básico Unificado, mientras los banqueros (pocas familias) alcanzan 1,64 millón dólares diarios de ganancias (600 millones de dolares en 2019). Crece el rehazo cuando se burlan de los derechos de los jubilados y disminuye presupuestos para educación y salud. Y hay la perspectiva inmediata de que esto se agrave, dado los compromisos que estos dias sigue haciendo en Davos, con el FMI. Las oticias no son buenas y el pueblo lo percibe
Precisamente el levantamiento detuvo los efectos destructivos mayores del paquetazo que pretendían el gobierno, el FMI y los grandes empresarios y banqueros, a los que la gente identifica como los causantes de su mala situación.
El informe publicado por parte de la CIDH, no podía sino recoger los hechos producidos en octubre, donde murió gente, otras quedaron mutiladas, miles heridas. ¿Cuán despistados están en el gobierno para pretender que se oculte eso?
Pero otro aspecto que muestra la cadena, es cuán irritados y preocupados andan en el gobierno y la élites ya que el levantamiento les pulverizó las candidaturas que tenían preestablecidas, acentuó la división y el deterioro de la derecha más que antes, mientras hay un movimiento indígena y popular que recupera protagonismo y fuerza, con candidatos indígenas que aparecen en las encuestas con números mayores en credibilidad e intenciones de voto.
Así el gobierno busca con la derecha y correítas incluidos, minar el prestigio y la opcion que hoy representa el movimiento indígena y sus líderes.