Por Prof. Stalin Vargas*
Los trabajadores, el movimiento indígena, la juventud y los pueblos del Ecuador tienen una rica tradición de lucha. Saben por experiencia propia que deben unirse y luchar para alcanzar sus conquistas. Nada de las conquistas y derechos alcanzados han sido producto de la dádiva de los gobernantes de turno.
En los últimos 40 años de democracia representativa, el movimiento indígena y popular enfrentó las políticas implementadas por gobiernos desarrollistas, socialcristianos, socialdemócratas, populistas, neoliberales. Esos regímenes acudieron a la violencia, la represión, la persecución, el encarcelamiento para frenar la lucha popular.
Las recetas del FMI han sido parte de la política económica y social, unos firmaron las Cartas de Intención, otros sin necesidad de firmar siguieron a pie juntillas los dictámenes del Fondo Monetario internacional. El actual gobierno primero hizo méritos y luego firmó la Carta de Intención con el FMI, el pasado marzo de 2 019.
Los trabajadores organizados en el Frente Unitario de los Trabajadores, en su Convención Nacional del 6 de abril llamaron a enfrentar la política del FMI y trabajar por la huelga nacional. El gobierno de Moreno aceleró la implementación de las medidas económicas neoliberales. Los empresarios y la línea editorial de los grandes medios de comunicación se sumaron a las políticas diseñadas por el FMI y el equipo económico del régimen, liderado por Richard Espinoza, Ministro de Economía y ex dirigente de las Cámaras de la Producción.
Subir el IVA, eliminar el anticipo del impuesto a la renta, eliminar el impuesto a la salida de divisas, eliminar los subsidios a los combustibles, despedir a los trabajadores del sector público, incrementar los aportes de los afiliados al IESS, aumentar la edad para la jubilación, terminar con la rigidez de la contratación de trabajadores, ser competitivos disminuyendo los costos de la relación laboral y otras propuestas se escucharon y leyeron durante los últimos 7 meses.
El Colectivo Unitario en el que participan el FUT-CONAIE-FRENTE POPULAR-PARLAMENTO LABORAL y otras organizaciones sociales y populares, insistió en la necesidad de dialogar, que cualquier medida que adopte el gobierno no puede hacer que la factura de la crisis paguen los más pobres, que había medidas alternativas para enfrentar la situación, como el cobro de impuestos a los evasores, renegociar los contratos petroleros, nacionalizar la telefonía móvil, recuperar los dineros de la corrupción, aumentar el impuesto a la renta de los grandes grupos económicos.
El gobierno escogió el camino del paquetazo, hacerle caso al FMI y el 1 de octubre, eliminó el subsidio a la gasolina extra y al diésel, incrementó sus precios, la reforma tributaria que enviaría a la Asamblea Nacional eliminaría el anticipo del impuesto a la renta, disminuiría al 2,5% el impuesto a la salida de divisas, arancel cero a algunas importaciones, y en la reforma laboral disminuir el 20% de la remuneración de los contratos que se renueven en el sector público, rebajar 15 días en las vacaciones del sector público, el pago mensual de 1 día de sueldo por parte del os trabajadores de las empresas del Estado y una nueva forma de jubilación patronal.
Los aplausos y vivas de las Cámaras de la Producción, del Comité Empresarial Ecuatoriano, de los grandes medios de comunicación y los economistas neoliberales, no se hicieron esperar. Qué valiente! Ya era hora!, No afectan a los pobres las medidas! Todos tenemos que aportar para salir de la crisis!. Los transportistas se paralizaron y lograron el incremento de pasajes, un 40% en las tarifas del transporte urbano y 32% en las tarifas del transporte interprovincial e intraprovincial.
El gobierno de Moreno menospreció la capacidad de reacción de los trabajadores, del movimiento indígena, la juventud y las mujeres, que pusieron fecha para la huelga nacional y el levantamiento indígena. Desde el 2 de octubre la juventud estudiosa, los trabajadores, el movimiento indígena, los pequeños comerciantes, el movimiento de mujeres, salió a las calles para decirle NO AL PAQUETAZO, SI A LA DEROGATORIA DEL DECRETO 883.
El levantamiento indígena y popular se generalizó en todo el país, en la ciudad, el barrio, la parroquia, la comuna, enfrentó el Estado de Excepción decretado por el gobierno. Mientras el gobierno reprimía violentamente las manifestaciones, llamaba a dialogar. La respuesta del movimiento social y popular que recuperaba su tradición de lucha, le dijo que derogue el Decreto 883, porque SUBE LA GASOLINA Y SUBE TODO.
En medio del rechazo popular a las medidas económicas, el gobierno de Moreno dijo que tras el levantamiento indígena y popular estaba Correa, para llevar a cabo un golpe de Estado, lo cual fue amplificado por la derecha política, los grandes medios de comunicación y el sector empresarial. Es necesario destacar que el correísmo quiso aprovecharse de la lucha popular y fue derrotado en sus afanes golpistas. El levantamiento indígena y popular levantó la consigna NI MORENO, NI CORREA, SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO.
La masividad, combatividad y generalización de la lucha obligó al gobierno de Moreno a dialogar en cadena nacional de televisión y a derogar el Decreto 883. Ahora se discute un nuevo decreto que focalizará el subsidio a los combustibles.
La tradición de lucha del pueblo ecuatoriano puso en evidencia una vez más que es necesaria la unidad, la organización y la lucha para derrotar las políticas del FMI. En este proceso se ha ganado una batalla importante, corresponde enfrentar el proceso electoral del 2 021 con una propuesta alternativa que derrote a la derecha y la continuación del neoliberalismo.
*EX PRESIDENTE UNE NACIONAL