Por Jaime Chuchuca Serrano
Al igual que en primera vuelta, las encuestas siguen siendo poco confiables. Después de los sucesos del 7F, las inconsistencias numéricas, las denuncias de fraude y la manipulación para poner en segundo lugar a Lasso (19,74%) sobre Yaku Pérez (19,39%), Ecuador llega a una segunda vuelta altamente deslegitimada.
La encuesta de Omar Maluk sitúa a Arauz con 36,9% y a Lasso con 26%, el nulo 21,6% y los blancos 3,8%. La encuestadora de Blasco Peñaherrera, Market, cercana a Lasso, habla de un empate técnico entre Arauz (42%) y Lasso (41%), y da pautas para interpretar de nuevo una posible metida de mano del Consejo Nacional Electoral (CNE). Clima Social, correísta, otorga una ventaja a Arauz de 55,7% sobre 44,3% de Lasso, y el nulo con el 20%. La encuestadora Perfiles de Opinión, afín al correísmo, sitúa a Arauz con 37,84%, Lasso 30,19%, nulo 25% y blancos 6,93%. La mayoría de encuestadoras coinciden en que la indecisión tiene un número cercano al 17%. Aunque en primera vuelta la votación de Lasso se estancó y retrocedió a 19,74%, ahora ha sido el candidato que más ha crecido en todas las encuestas, incluyendo las correístas. Y al contrario, Arauz ha entrado en un proceso de estancamiento. Este fenómeno hace que las elecciones del 11 de abril sean totalmente reñidas. Aunque las encuestas no lo muestren como principal, es notable el crecimiento del voto nulo a más del 20%, producto de la deslegitimación electoral por el fraude.
Aunque varios han analizado el proceso electoral como un regreso a la disputa del eje correísmo/anticorreísmo, sin embargo tal forma de ver las cosas es demasiado simplista. Las izquierdas expresadas en Yaku Pérez (Pachakutik-UP), aunque fueron desplazadas de la segunda vuelta, tienen un gran trabajo político en el incremento de la votación nula, pero asimismo hay que notar un leve fraccionamiento de su electorado hacia la candidatura de Lasso. Lo mismo ocurre con la votación de Hervas (15,68%), que se está decidiendo entre Lasso y el nulo. La votación nula en la segunda vuelta reflejará la pluralidad del electorado de las izquierdas desencantadas del proceso electoral y del Estado y que no apoyan a ninguna de las dos élites que llegaron forzosamente a la segunda vuelta.
Es notable el cambio de estrategia del equipo de Lasso: vinculó a directivos de Hervas y empezó a conquistar el electorado joven. Aunque en primera vuelta cuestionó el uso del Tik Tok, ahora tiktokizó su política. Lasso fue cooptando las propuestas de las otras candidaturas, sin embargo su plan neoliberal no ha tenido modificaciones. El correísmo se ha quedado corto en cuestionar la época neoliberal de Lasso y su autoritarismo. Como en primera vuelta, a Lasso le falta desenvolvimiento en las calles, una debilidad imposible de corregir hasta el 11 de abril. Lasso ha incrementado su baratillo de ofertas populistas, entre estas subir el salario de 400 a 500 dólares
Arauz y Rabascall empezaron mostrándose de lo más conservadores en reuniones con el FMI, transnacionales y empresarios mineros, dejando de lado las propuestas para los sectores populares, para así llegar a las clases medias. Su propuesta demagógica de 1000 dólares a un millón de familias ha bajado completamente de tono. Aunque Arauz partió con el mejor escenario electoral, la ausencia de una buena dirección de campaña y su poco carisma le han pasado factura. Las revelaciones del cobro de más de 27 mil dólares de Arauz -aunque vivió en comisión de servicios por más de 10 años- y que ganó un concurso en 2006 en el Banco Central sin tener título inscrito, así como su nombramiento de director del BCE en 2009, a pesar de que solo en 2010 logró registrar su título, ha calado hondo en las clases medias; una característica de los fraudes y privilegios del correísmo. El grupo de Arauz ha respondido tarde, mal y de lo más prepotente (circunstancia similar a la del año 1992 cuando Nebot se presentaba como ganador, pero con poco don de gentes y perdía votación frente a Sixto Durán Ballén. Nebot se presentaba como joven frente a un candidato de 71 años como Durán Ballén). El lema de Lasso: “Andrés mientes otra vez”, creado por Durán Barba, ha sido manipulado hábilmente en el discurso.
El complejo entramado del moreno-correísmo y el peor gobierno de la historia tiene relaciones tanto con Lasso como con Arauz, sin embargo, ante el electorado quien mayor cercanía muestra es Arauz, producto tanto de la historia como de la campaña. En este sentido, el electorado indeciso que busca un candidato diferente a la estructura de 14 años, posiblemente de su voto a Lasso. A pesar de que siga adelante en números Arauz, la pelea ajustada pondrá nuevamente al CNE como un actor fundamental. Alguna de las dos componendas oligárquicas triunfará el 11 de abril, no obstante sus relaciones continuarán por debajo de la mesa.