Por Jaime Chuchuca Serrano
Daniel Noboa, como otros presidentes ecuatorianos nacidos en EEUU, ha planificado la política del país promoviendo mayores dependencias: Ecuador aparte de someterse a la economía de EEUU, ahora lo está ante la seguridad nacional; el mayor ejemplo es el caso “chatarra rusa” que puso en riesgo nuestra soberanía; de su lado, el TLC con China incrementará la exportación de Ecuador en un 30%, y la importación de productos chinos se duplicará. A EEUU le conviene el TLC China-Ecuador, porque se abre otra ruta de narcotráfico. Igualmente, el legislativo y la presidencia, ratificaron el Acuerdo comercial con Costa Rica, paraíso fiscal, lo que beneficia en un 12% el flujo de capital ecuatoriano hacia este país (también el lavado), por la disminución de impuestos. Todos estos acuerdos iniciaron en los gobiernos de Moreno y Lasso, por lo que Noboa califica esta continuidad.
El Pacto de Noboa con la mayoría asamblearia (ADN-PSC-Correísmo-Construye, y a momentos PK), le supuso evadir los conflictos que tuvo Lasso, se aprobaron leyes del gobierno anterior y otros acuerdos, casi sin cambios: eficiencia económica, competitividad energética, conflicto interno, subida del IVA, destitución de los vocales de la judicatura. Estos consensos condonan deudas a las oligarquías, bajan impuestos a los privilegiados y los suben al pueblo, abren las puertas a la privatización y crean un ambiente recesivo. Este pacto oligárquico tuvo respuestas similares en la Corte Constitucional, para aprobar las preguntas de la Consulta Popular, que tienen por objetivo incrementar la explotación de los trabajadores con el contrato por horas, crear un régimen más autoritario y beneficiar a las transnacionales (de entrada, Ecuador perdería cerca de 3 mil millones de dólares en arbitrajes). Aunque la proforma presupuestaria incrementa a 35.536 millones de dólares, el sector social tiene grandes recortes.
La estrategia comunicativa, ha llevado a Noboa a no “quemarse” en los medios de comunicación, ni en las redes. Sus intervenciones han sido parcas y a cuenta gotas, casi al extremo: su discurso de posesión duró: 7 minutos, el de la Batalla de Tarqui: 3 minutos. La demagogia de Noboa sigue semejante a los anteriores: dice que en su presidencia ha logrado 50 mil nuevos empleos, y las cifras del IESS muestran 20.777 desempleados (desafiliados) más. El presidente, de inicio, no cambió los acuerdos de los anteriores gobiernos con las mafias, hasta que en enero se desembocó en el conflicto. En estos 100 días, la “guerra” ha marcado la vida de la sociedad; desde la pandemia hacia acá, los Estados de Excepción, la pobreza y la migración han sido más frecuentes que las semanas de bonanza.