Por Remo Cornejo Luque
El ascenso de un gobernante improvisado trajo aparejado la vigencia de las viejas políticas de acuerdos y componendas.
Para lograr la mayoría legislativa, que inició labores el 17 de noviembre de 2023, el «rostro nuevo» de la política hizo que ADN (22 asambleístas) pacte con el PSC (18 asambleístas) y el Correísmo corrupto (51 asambleístas) para repartirse las comisiones especializadas y empujar las leyes que benefician a los grupos económicos, tales como la condonación de deudas, la apertura a la privatización del sector energético, en contraposición a los intereses de los trabajadores y pueblos del Ecuador a quienes los perjudicaron con la elevación del IVA del 12 al 15% con el cuento del combate a la «guerra interna» para frenar el crimen y la delincuencia organizada.
Este pacto se mantuvo hasta que se puso a la orden del día los afanes particulares de RC5, que pugnaba por el juicio político y censura a la Fiscal General de la Nación y por ende por la impunidad de los jefes de la mafia del correísmo (léase Correa y Glas), y hasta que asomó con mayor crudeza los vínculos de correístas y socialcristianos en el bullado caso Metástasis, Purga y Plaga. Las largas noches de luna de miel en la Asamblea Nacional (AN) terminaron en divorcio, real o con piola, irreconciliable o calculadora. Sea cual fuere el verdadero interés, lo cierto es que se produjo distanciamientos, reagrupamiento de fuerzas, amenazas, chantajes y lo que nunca falta el show de los «padres de la Patria».
En el reacomodo de fuerzas políticas en la AN, luego de los resultados electorales de la consulta popular/referéndum, donde no le fue bien al gobierno ya que perdió en las preguntas claves, se presenta una votación que salva a la vicepresidenta Verónica Abad, de ser enjuiciada políticamente. Ese pedido fue hecho por el bloque de ADN ya que quiere asegurar el relevo presidencial cuando Noboa corra por la reelección. Al verse derrotado el gobierno lanza un furibundo visceralazo calificando de PACTO SUCIO por no dar paso a su estrategia.
La doble moral del gobierno lo hace perder los estribos, pues mientras aplaudió como foca el acuerdo inicial con sus «contradictores» RC5 y PSC, hoy cuando éstos ya no le acolitan ahora sí los califica con desdén.
Desde el campo popular y de izquierda, los acuerdos y componendas que se han realizado desde el inicio del gobierno de Noboa, son acuerdos inmorales, carentes de ética y principios que buscan la satisfacción particular en desmedro del todo; es la consecuencia del pacto sucio y descarado que privilegia el interés personal en contra de los intereses de los trabajadores y pueblos del Ecuador. Ya veremos la posición de estos sucios negociadores frente a la elevación del precio de los combustibles que es una exigencia del FMI. De seguro, estos mercaderes de la política, no estarán a lado del FUT, FRENTE POPULAR, ni de la UNE que han convocado movilización nacional para el 4 de julio.