Por: Mateo Rodriguez
Un tema constante en las mesas de análisis y debate sobre el levantamiento indígena y popular de junio del 2022, son las agresiones a trabajadores de la comunicación y a la libertad de expresión. Respecto a este tema, deseo analizar un caso concreto, el apagón provocado en las antenas repetidoras ubicadas en el cerro Pilisurco por parte de organizaciones indígenas del pueblo Panzaleo, en la noche del 28 de junio de 2022, causando la interrupción de 65 medios de comunicación, entre radio y televisión.
Esta acción debe ser examinada desde el desarrollo histórico de la lucha de los pueblos indígeneas en el Ecuador, la misma que ha estado marcada por la disputa de la representación y las narraciones sobre el rol y las demandas de los pueblos y nacionalidades indígenas en los medios de comunicación. La primera vez que ocurrió este hecho fue el 09 de julio de 1999. En su tiempo, este hecho fue narrado de la siguiente manera: “Durante las jornadas de protesta del mes de julio del presente año, se dio un hecho altamente simbólico y revelados: los indígenas de Tungurahua decidieron tomarse las instalaciones del cerro Pilisurco en el cual están las instalaciones de antenas repetidoras de algunas estaciones de televisión y de radio. Este hecho político y estratégico protagonizado por el movimiento indígena demuestra, por una parte, la contraposición de intereses que existen entre los pueblos indígenas y los medios de comunicación, y, de otra parte, evidencia que el control de los medios de comunicación es vital para todo proyecto de dominación (…). Los medios de comunicación son militantes cuando se trata de movilizar a la opinión ciudadana en contra del movimiento indígena. Lo hicieron durante los levantamientos del 90 y del 94, también jugaron un importante papel en las discusiones previas a la conformación de la Asamblea Constituyente en 1998 (…). Para los medios de comunicación, los indios ni siquiera tienen el status de ser reconocidos como diferentes, como un proyecto alternativo a la modernidad y al sistema capitalista. Son simplemente ignorados. Son quitados del presente, de la misma manera que la historia oficial los ha borrado del pasado”.
Como podemos ver, desde hace más de veinte años se ha podido ver las tensiones existentes entre las demandas y las luchas de los pueblos y el rol de los medios de comuncación, mismas que se agudizan en momentos de alto nivel de conflictividad social. Esta hecho, narrado anteriormente, no fue inaugurada en 1999, tiene raices más atrás, lo que demuestra el reclamo de los sectores populares a que en los medios de comunicación, se promueva la pluralidad y diversidad de reivindicaciones, de opinones y figuras.
Analizar las agresiones que se han dado en el marco de las protestas, sin conocer el desarrollo histórico de las disputas y las confrontaciones, es sumarnos a los criterios que pretenden estigmatizar la lucha y sus banderas.