Sabían, pero no les importó

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Por Prof. Stalin Vargas Meza

El ex asambleísta y actual presidente de la república, Daniel Noboa, sabía que para el año 2018 el Ecuador tenía 8.826,89 MW de potencia instalada, de ella, 5.071,40 provenían de las hidroeléctricas y 3.555,14 de las térmicas.

También sabía que el Ecuador en 2023, contaba con 1.754 megavatios de termoelectricidad instalados, pero que no estaban todos esos MW operativos, solo estaban disponible 853 megavatios en el mes de octubre de ese año y que los 901 megavatios restantes estaban en proceso de recuperación, en mantenimiento o fuera de operación por estar obsoleto.

Sabían también que el 80% de la capacidad instalada en el país es de generación hidroeléctrica, luego las centrales térmicas y una pequeña parte de energías no renovables, como la eólica.

Sabían que durante los meses de octubre y marzo de cada año se produce el estiaje, producto de la sequía de los ríos que alimentan a las centrales hidroeléctricas de Paute, Mazar, Sopladora, Coca Codo Sinclair.

Sabían que la demanda de electricidad crece anualmente un 6,6%, esto significa que se debe disponer de 250 MW por año, lo cual lleva a la necesidad de construir centrales que permitan tener 300 MW por año y poder suplir la demanda. Se acumuló la demanda y ahora hay un déficit de más de 1080 MW.

Es más, sabía que el 8 de febrero de 2 023, CENACE le entregó al Ministerio de Energía el ¨Plan de Operación del Sistema Nacional Interconectado, periodo enero 2023 a diciembre 2024¨ allí le advirtió con 8 meses de anticipación que podrían presentarse racionamientos o cortes de luz en el estiaje de 2023. Para evitar el escenario de los apagones se debería cumplir cinco medidas: ¨1. Recuperación del parque termoeléctrico. 2. Contar con la interconexión con Colombia. 3. Expansión de la generación. 4. Suministro continuo de combustibles. 5. La atención a los problemas de congestión en la red de transmisión¨[1].  

Esto y mucho más sabían Noboa y sus ministros de Energía (4 han pasado por esa cartera de Estado) y no tomaron las medidas más adecuadas, solo se dedicaron a culpar a los otros y a rezar para que llueva.

Los técnicos saben que cuando no pueden funcionar las hidroeléctricas por falta de agua, se tiene que suplir esa falta de megavatios con las termoeléctricas, es precisamente esto, lo que no hace el gobierno de Noboa, porque no invirtió en la recuperación del parque termoeléctrico.

Noboa podía declarar la emergencia para comprar e instalar en 4 meses motores de combustión interna, para tener por lo menos 800 MW de potencia, a un costo de 400 millones de dólares, que lo podía obtener cobrando las deudas en firme a los deudores del SRI (2.220 millones de dólares) 

¿Qué priorizó Noboa? el abandono de lo público, para justificar el negocio de pago a actores privados para generar electricidad, no invertir en la instalación y construcción de centrales hidroeléctricas y térmicas para entregar el negocio eléctrico a la empresa privada.

Seguir diciendo que los apagones son por culpa de la sequía, el cambio climático, es una parte del problema, lo fundamental es que no se tomaron medidas a tempo, no se invirtió en la reparación y mantenimiento del parque termoeléctrico, se le mintió a la gente diciéndoles que no habrá apagones, que se irá disminuyendo las horas de los apagones, para luego recortar la energía eléctrica 14 horas diarias.

A Noboa no le importa la gente, porque gobierna en beneficio de su grupo económico y las élites guayaquileñas.

EX PRESIDENTE UNE NACIONAL

Quito, 26 de octubre 2 024


[1] Cenace advirtió hace meses de los apagones, pero las soluciones no se concretaron (primicias.ec)

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