Por En Marcha
Uruguay, ubicado al sur oriente deSudamérica, es en los últimos meses, escenario de varias movilizaciones y luchas contra la reforma educativa que precariza e instrumentalizan los procesos de enseñanza y aprendizaje. Los sindicatos de docentes y las organizaciones estudiantiles han rechazado la política educativa impulsada por el gobierno neoliberal de Luis Lacalle Pou.
Según algunos dirigentes sindicales: “esto no es solo un debate concreto en el sentido de pragmatismo puro y duro, sino que tiene un trasfondo de una disputa ideológica, política y pedagógica que hay que desnudar: el modelo de ellos claramente es una educación que tenga elementos de salida muy rápido al mercado laboral de amplios espectros de la población, y el acceso democrático al conocimiento a una élite dirigencial y gobernante”.
A esta lucha se suman las acciones realizadas el pasado 27 de junio, donde miles de uruguayos y uruguayas, se declararon en paro general por cuatro horas, en conmemoración del golpe militar de 1973, recordando que, hace 50 años, los trabajadores y trabajadoras de ese país enfrentaron el golpe con una Huelga General indefinida que fue reprimida a sangre y fuego por los militares.
Las acciones de las organizaciones educativas no se limitan únicamente al país, los sindicatos de la enseñanza, que son objeto de hostigamiento por parte del gobierno de Lacalle, presentaron una queja en el Comité de Libertad Sindical de la Organización Internacional del Trabajo. El organismo de la OIT le recordó al gobierno uruguayo que la libertad de expresión es un elemento esencial para el ejercicio de los derechos sindicales, por lo que el sancionar a dirigentes sindicales por difundir fotografías de un instituto de enseñanza secundaria, para expresar su oposición a las reformas constitucionales, violenta las garantías que protegen a las organizaciones de los trabajadores, lo mismo que las actuaciones que prohíben celebrar reuniones sindicales dentro de los centros educativos.
La imagen de Uruguay, desde hace años, ha sido promocionada por el progresismo y el neoliberalismo como ejemplo de acuerdo y concertación. Hoy, los trabajadores, docentes y estudiantes, desmoronan ese imaginario y, con ello, evidencian la lucha de clases existente en esa sociedad.