Por Isabel Vargas Torres
En los últimos días, Ecuador es testigo de una preocupante ola de violencia que ha perturbado la paz y la estabilidad en el país, el asesinato del alcalde de Manta y del candidato a la presidencia de la República, los coches bomba detonados, los asaltos, las “vacunas” y otros hechos relacionados demuestran cómo está nuestro país.
Un sistema judicial en el que están algunos jueces corruptos al servicio de la delincuencia es una amenaza para la justicia y reduce la confianza en el sistema de judicial; en Ecuador, el 82 % de las causas judiciales quedan impunes. En las filas policiales se encuentran narcos generales y policías involucrados en las mafias delincuenciales, esto es un flagelo que socava la credibilidad en la institucionalidad que supuestamente deben protegernos y tutelar nuestros derechos.
Penosamente en el país se está normalizando la corrupción con la frase robó, pero hizo obras, se eluden y evaden los impuestos por parte de las grandes empresas.
La inversión en educación es la clave para transformar una sociedad. El acceso a una educación de calidad proporciona a las personas las herramientas necesarias para alcanzar su máximo potencial, fomentando el desarrollo intelectual y el crecimiento personal. Al invertir en la educación de nuestros hijos, estamos invirtiendo en el futuro del país. Es imperativo asegurar que todos los infantes y jóvenes tengan acceso a una educación de calidad, inclusiva, que fomente valores de respeto, libertad, solidaridad y patriotismo. Pero, en Ecuador, más de 300.000 niños, niñas y adolescentes se encuentran fuera del sistema educativo y muchos de ellos son reclutados de forma forzosa para el tráfico, el sicariato y la explotación sexual, sin que este gobierno y sus antecesores hayan hecho nada para cambiar esta realidad.
La generación de empleo es otro aspecto crucial para el desarrollo sostenible y la reducción de la violencia. Al generar más oportunidades laborales, se brinda un medio legítimo de subsistencia, reduciendo así la tentación de formar parte de las mafias organizadas como una salida desesperada, en muchas ocasiones es la única opción.
Lamentablemente, ninguno de los candidatos lleva en sus agendas pagar la deuda social que beneficie a los sectores populares, por lo tanto, el pueblo no tiene candidato, por lo que el voto en este balotaje será NULO.
Presidenta de la UNE