Por Jaime Chuchuca Serrano
Israel es el referente mundial de la guerra: tiene las fuerzas armadas más poderosas, mucho más, si se lo compara con otros países de las mismas dimensiones, población y economía. El Estado israelí se ha provisto de 200 ojivas nucleares, aproximadamente, y gasta más del 5% del PIB anual en armas. La población israelí está preparada para la guerra: hombres y mujeres cumplen servicio militar obligatorio, los reservistas están activos y se movilizan permanentemente. El complejo industrial militar de Israel es inmenso, exporta armas a 130 países. Los sistemas de defensa israelíes son un paradigma global, tienen como ejemplo el Domo de Hierro y el directorio de inteligencia El Mossad. En este contexto, se entiende que la guerra de Israel contra Palestina, la franja de Gaza, pasó a ser genocidio y exterminio.
Israel es el actual eje de la guerra en la región, ha atacado, además de Palestina, a Siria, Líbano, Yemen, Irán y tiene operaciones en otros países. Solo el gran poderío militar de Israel, gracias al apoyo de Estados Unidos y Europa, puede mantener 5 frentes de guerra al mismo tiempo. Ahora, la crisis económica estadounidense, atizada por los aranceles de Trump, envuelve una posible salida militar, en lo que están de acuerdo los capitales sionistas. La guerra es un modo de controlar los precios de los hidrocarburos, minerales y demás recursos naturales. Israel está en permanente guerra contra el mundo árabe y presiona para que se reordenen las estrategias de los distintos países. Por su parte, Rusia y China, no están a favor de profundizar los conflictos de Israel; además, Rusia continúa la guerra con Ucrania. Los países restantes de la comunidad de los BRICS, tampoco tienen como objetivo el conflicto, pero probablemente se dividirían en los dos bandos, de profundizarse la guerra Israel vs. Irán.
La fuerza de las armas nucleares es principalmente política: los países que tienen armas nucleares usan un gran aparato de propaganda, para hacer conocer al mundo de su posesión de ojivas nucleares y causar la disuasión de los países que enfrentan. Cuando Estados Unidos atacó a Irak, con el discurso de que este poseía “armas de destrucción masiva”, en realidad lo atacó porque no tenía las denominadas armas de destrucción masiva. En esta lógica, lo mismo se aplica para el nuevo caso, Israel ataca a Irán, porque este último en realidad no tiene bombas nucleares. En cambio, Israel tiene capacidad nuclear operativa. Netanyahu ha sostenido durante más de 30 años que Irán “está cerca tener bombas nucleares”, pero esto no es más que retórica de guerra, para justificar su ataque. Irán no llega ni a la mitad del presupuesto, ni tecnología de guerra que dispone Israel. Irán ha firmado la mayoría Tratados y Acuerdos internacionales sobre armas nucleares, pero, del otro lado, Israel los ha evadido todos. A pesar de todo esto, se ha sancionado a Irán, pero no a Israel. En esta dirección, Irán debe mejorar su posición internacional, sin apoyo global, el país está condenado a repetir la guerra de largo plazo al estilo de Siria, con alta probabilidad de perderla.