Por Fernando Oña Pardo
(Palabras pronunciadas en el sepelio de José, en nombre del periódico Opción)
A nombre del Periódico Opción queremos solidarizarnos con la familia de José. Con su señora madre, doña Carmen, con sus hermanos, especialmente con Mabel, con su hija, Victoria de la Alegría, con sus familiares, amigos y con todos quienes lo conocieron y hoy sufren con su partida. Está es una muy breve semblanza de su legado artístico y profesional.
José Villarroel Yanchapaxi fue un hombre de academia, de estudios, de fundamento profesional: fue Psicólogo clínico y psicoanalista por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador; y Magíster en estudios culturales latinoamericanos por la Universidad Andina Simón Bolívar.
En este aspecto, ejerció con dignidad su profesión como psicólogo clínico en varios colegios nacionales, entre ellos el Colegio 24 de Mayo, el Colegio Dillon y el Colegio Alangasí, donde estuviste vigente hasta último momento.
También fue un artista multifacético, iconoclasta e irreverente. Fue pintor, literato, novelista, poeta, músico, compositor, actor de teatro… El arte lo llevaba en la sangre; el arte fue su verdadero amor, de esos amores hermosos, complejos, difíciles, que definen la vida, que exigen un diálogo con nosotros mismos, con nuestra soledad.
En este sentido, su actividad artística fue permanente; fue gestor cultural de varios colectivos académicos, sociales, populares e indígenas, entre ellos de la Unión Nacional de Artistas Populares del Ecuador, UNAPE, de la cual fue su vocal principal…
Otra faceta de José fue el periodismo. Fue fundador del Periódico Opción hace 25 años y en sus páginas volcó su tinta rebelde, antisistema, irónica, sarcástica… Escritor mordaz, humorístico, inteligente, siempre defendió los postulados de su periódico: estar totalmente parcializado hacia los intereses de los más necesitados.
En esta actividad, en el 2003, ganó el Premio Latinoamericano del XII Concurso de Periodismo José Martí, convocado por la agencia Prensa Latina, de La Habana – Cuba, por varios artículos referentes a la situación de los migrantes ecuatorianos en España, publicados durante su estadía en Europa.
Como vemos, José vivió con intensidad, casi con urgencia. Y aunque somos momentáneos en el tiempo, también somos significativos en la vida. Y Pepe fue significativo en la vida. En tus todas actividades profesionales, culturales, artísticas y periodísticas siempre fue honesto con sus postulados de vida y con sus convicciones ideológicas. Fue auténtico con sus argumentos, que eran casi un coraje de supervivencia; en él no había diplomacias, había un mundo por crear, un mundo por mejorar, sin agachar la cabeza ante las jerarquías establecidas.
Tuvo una hija llamada Victoria de la Alegría, porque entre tantas vicisitudes del alma, eso fue la vida para ti José: Alegría…
Ahora, pervives en la memoria de quienes te amaron; pervives en la memoria de quienes te apreciamos por tu honestidad, por tu autenticidad; porque siempre quisiste cuestionar esta sociedad de inequidades y vanidades, y quisiste forjar otra, más solidaria, más humana, más sensible… Ahora pervives en tu legado académico, profesional, artístico y periodístico…
Siempre diste significación a la vida mi querido José, y eso es vivir transformando la parcela de vida que nos tocó vivir.
El día viernes 2 de mayo, hace pocos días, estuvimos en tu casa de Alangasí. Algunos compañeros y amigos fuimos testigos de la inauguración de tu galería de arte Kamac Pacha Inty, y de dos libros de cuentos, La dama del silencio y Huayrapashungo… Estabas feliz, estabas contento, con tu humor que era casi una ironía. Hasta el último seguiste forjando arte, es decir, forjando vida.
Te alcanzamos a dar un último abrazo, que fue un abrazo de felicidad, de alegría, jamás de despedida.
Buen viaje compañero José, compañero del alma, compañero…