Por: Carlos Hurtado
Es fundamental para el magisterio ecuatoriano, hacer una reflexión sobre la defensa del texto escolar como material didáctico. Esto es crucial para generar una educación que abra oportunidades para acceder al conocimiento, en un país profundamente desigual en términos de acceso a recursos económicos, infraestructura y herramientas tecnológicas.
Los orígenes del texto escolar se encuentran en Europa en el siglo XV, no resulta raro debido a que la imprenta apareció en este continente y, por lo tanto, hubo una diversificación de los tipos de textos, ya sean estos de carácter religioso, políticos, pedagógicos, entre otros.
En este escenario cobra relevancia el texto escolar, debido a la importancia de este recurso educativo para la transmisión de contenidos curriculares en las diferentes sociedades y países del mundo.
El texto escolar es la expresión materializada del currículo nacional, ya que recoge los contenidos previamente seleccionados que están acordes al perfil de egreso de los estudiantes de los niveles y subniveles del sistema nacional de educación. En este material educativo se plasma la cultura, valores, formas de ver el mundo, estrategias de aprendizaje y entre otros elementos que son inherentes al texto educativo.
Este material didáctico facilita el aprendizaje debido a que los contenidos son seleccionados y articulados de manera sistematizada. Además, sirven para la transmisión de los conocimientos, apoyándose en otros recursos educativos para que los estudiantes se apropien de información coherente y científica, permitiéndoles retener conceptos mínimos, y desarrollar sus habilidades, capacidades y destrezas.
Defender el texto escolar es luchar por el derecho a la educación, como se establece en la Constitución de la República del Ecuador. Impulsar el acceso equitativo a material de aprendizaje, no solo es una necesidad, sino una obligación, ya que se pretende, brindar oportunidades de aprendizaje para los educandos.
Es importante resaltar que este material de apoyo educativo fomenta el sentido de pertenencia e identidad cultural y nacional. En sus páginas no solamente se refleja el contenido académico, sino que también está diseñado implícitamente para valorar, reconocer y reflexionar sobre el origen de los pueblos del Ecuador, las costumbres y tradiciones que impregnan en la consciencia del alumnado, con el fin de conservar nuestra rica herencia histórica y cultural.
Otra de las razones de defender el texto escolar, tiene que ver con la importancia en la generación de pensamiento crítico y en la necesidad de formar ciudadanos activos. Estos no deben quedarse impasibles, frente a los diferentes males sociales que afectan a la sociedad, sino que pueden tomar una postura democrática con el afán de transformar la realidad en la que viven.
Por otra parte, es necesario señalar que el texto escolar sigue en plena vigencia y que las pantallas digitales no pueden superar al texto impreso. Así lo indican varios estudios como el de la Universidad de Valencia que ha demostrado el “efecto de superioridad del papel”, estudio en el que se señala que: “las personas comprenden mejor un mismo texto y retienen mejor las imágenes si éstos y éstas están impresas en papel que si lo hacen en digital, a través de tabletas u ordenadores”. (antonioc,2023)
Para el Centro de Capacitación Emilio Uzcátegui, defender el texto escolar es brindar igualdad de oportunidades en el aprendizaje a los estudiantes que provienen de sectores socialmente olvidados. Es prolongar nuestra herencia cultural y formar hombres y mujeres con pensamiento crítico. También es vigilar los recursos económicos que el Estado invierte en educación y, de esta manera, asegurar a las generaciones venideras un futuro educativo sólido.