Por Isabel Vargas Torres
El gobierno de Daniel Noboa ha sido objeto de comparaciones con el ex mandatario Rafael Correa, especialmente en lo que respecta a la prepotencia y la actitud hacia las personas críticas a su gestión.
En 2015, Manuela Picq, fue obligada a abandonar el país, después de haber sido brutalmente golpeada. Su visa de intercambio cultural fue revocada, y los correístas aplaudieron esta acción injusta. Ahora, en 2024, Daniel Noboa ha revocado la visa de Alondra Santiago, periodista que ha tenido una posición crítica por ser crítica ante la política neoliberal y fondomonetarista, ahora son los noboistas los que aplauden tal decisión.
Es relevante destacar que quienes aplaudieron ayer ahora rechazan una misma injusticia. Es importante no dejarnos llevar por la arbitrariedad y rechazar cualquier acto prepotente venga de donde venga, ya que estas acciones son antidemocráticas, atentatorias a la libertad de expresión que afectan a la movilidad de los profesionales de los medios de comunicación.
Tanto Rafael Correa como Daniel Noboa, tienen el talante autoritario. Correa solía arremeter contra quienes criticaban sus acciones, utilizando adjetivos descalificativos como “la gordita horrorosa”, “mentiroso”, “pelafustán” o “terroristas”, entre otros. Por su parte, Noboa también ha mostrado su concepción antiderechos de las mujeres. Abusando de su poder, ha proferido todo tipo de violencia política, simbólica, psicológica etc., incluido su círculo cercano, su ex esposa y hacia su propia hija. Esto, a pesar de que mandato constitucional llama al Estado y a todas las personas a velar por el interés superior del niño, niña y adolescente, la madre de su hija ha tenido que acudir con frecuencia a los jueces para que este principio sea respetado.
¿Qué podemos esperar los que no somos cercanos?
Si buscamos un cambio real, debemos analizar cuidadosamente a quiénes elegimos como nuestros representantes. En el 2025 tenemos la oportunidad de buscar una alternativa presentada por de Unidad Popular que lucha constantemente por la vigencia plena de los derechos económicos, políticos, culturales y sociales de todo el pueblo ecuatoriano o votar por los mismos de siempre y seguir teniendo los problemas de siempre.