Del informe escueto y falso a las elecciones del 2025

Periódico Opción
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Por Remo Cornejo Luque

Quienes tenemos memoria histórica y estamos al tanto de la realidad socioeconómica de nuestro entorno, ya estamos acostumbrado a los informes a la nación carentes de verdad, llenos de mentiras que ofenden toda inteligencia.

El informe de Daniel Noboa será uno más de triste recordación. Es un informe que se suma a la lista de los presidentes demagogos que han sido incapaces de gobernar en beneficio de los trabajadores y pueblos del Ecuador.

Decir que en seis meses de gobierno se han realizado 126.251 operativos policiales, es decir 701 operativos diarios para combatir a la delincuencia y al crimen organizado, suena a algún pasaje de alguna novela policial de Agatha Christie. No obstante, el secuestro, las extorsiones, el sicariato no han disminuido, sino que siguen aumentando y hasta ahora, en este año, se registran 1707 asesinatos y 1518 extorsiones, lo que sigue causando incertidumbre y temor en la población, principalmente de la costa ecuatoriana.

Afirmar, con petulancia y pecho henchido, que se han creado 105 mil empleos como consecuencia de la “Ley de Eficiencia Económica y generación de Empleo” es de Ripley. Los datos reales del INEC señalan que tres de cada diez ecuatorianos viven con tres dólares diarios, uno de cada diez personas vive en extrema pobreza; el empleo pleno bajó del 35,2% al 33,6% y el subempleo aumentó del 19% al 21,1% en un año; 81 mil personas han salido del país.

No menos falaz, es haber enfatizado que se ha reducido el riesgo país en mil puntos, cuando la realidad es otra. Desde la consulta popular del pasado 21 de abril no ha parado de subir el riesgo país: de 1.138 hoy se situó en 1.263 puntos.

En resumen, Noboa con ese informe escueto, aparejado de videoclips, mintió con solvencia (en menos de 30 minutos… sus predecesores lo han hecho en 2 horas) y se burló de la mayoría de la población ecuatoriana. Fue notorio la promoción de su imagen, cual precampaña electoral, con miras al 2025. Solo los agnados y cognados aplaudieron como “focas”, igual los poderosos empresarios que dirigen grupos económicos, beneficiarios de las leyes que ha aprobado la Asamblea Nacional, gracias a la mayoría (ADN-PSC-RC5); sus incondicionales funcionarios del gobierno neoliberal; sus aliados políticos oportunistas, cazadores del reparto de puestos en la administración pública; las personas llevadas con pasajes y comida gratis, engañadas con ofrecimiento de algún puesto de trabajo. 

La realidad ecuatoriana dice lo contrario a lo expuesto el 24 de mayo. Según el estudio de Perfiles de Opinión, el 54 % cree que el país va por mal camino, el 47 % piensa que las cosas seguirán mal y el 29 % que va a empeorar; 5 de cada 10 personas consideran que la delincuencia es el principal problema, el 38 % considera que no va a mejorar y el 34 % que va a empeorar; la credibilidad del gobierno cayó del 80 al 52,43 %.

Indudablemente, la situación económica y social del país es compleja. El gobierno hace esfuerzos por no sincerar cifras y datos, pero el déficit fiscal, la disminución de la recaudación de impuestos, los efectos de la crisis energética, las obligaciones con el pago de la deuda externa, la disminución de ingresos por la producción petrolera, la elevación del precio de los combustibles, la falta de presupuesto en las áreas sociales, el crecimiento de la delincuencia y el crimen organizado, el desempleo y el alto costo de vida, avizoran problemas más graves en los próximos meses. Los afectados serán, como siempre, los trabajadores y el pueblo.

Siendo este el panorama real del “Nuevo Ecuador”, del que se le olvidó (adrede) hablar a Noboa, es necesario preparar la resistencia popular para contrarrestar las políticas neoliberales y levantar la UNIDAD DE LOS TRABAJADORES Y PUEBLOS para ser gobierno en el 2025.

Así, entonces, los partidos políticos y los asambleístas de alquiler, de las distintas provincias del país, que han apoyado la política antipopular de Noboa, al inicio o ahora, y que no han cumplido con sus mandatos electorales, de legislar y fiscalizar, no merecen volver a pedir el voto popular. ¡Hay tener memoria para no volver a votar por los mentirosos y verdugos!

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