Más allá del hijab.

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Por Annabell Guerrero Pita*

La mató la Policía de la Moral por llevar mal puesto el hijab en público. El asesinato de la joven kurda Mahsa Amini en Teherán, la capital de Irán, despertó la indignación y el rechazo de las mujeres iraníes, quienes han salido a las calles a protestar sin desmayo; a denunciar la tortura y posterior asesinato de Amini. Sus demandas se han convertido en algo mucho más fuerte. Al grito de: Mujeres, vida y libertad, exigen la abolición de las normas establecidas que las discriminan.

Las protestas se registran en alrededor de 15 ciudades, y a ellas se han sumado trabajadores y estudiantes con sus propias demandas. Irán es un país de mediano desarrollo (se encuentra en el puesto 71o del índice de desarrollo humano de la ONU), pero desde hace algunos años la situación económica de su población se viene deteriorando. Porque mientras Irán está sometido a sanciones internacionales por su programa nuclear, el régimen clerical que quiere extender su influencia en el mundo árabe gasta enormes sumas para mantener milicias en países como Siria, Líbano e Irak. Y en los últimos meses una fuerte subida en el precio de los alimentos ha ido aumentando el descontento en la población.

¿Cuáles son las demandas de las mujeres en Irán?

En Irán, -desde los 7 años de edad- las niñas están obligadas a cumplir con un estricto código de vestimenta, ello implica usar velo y cubrirse los brazos y las piernas. El control de su indumentaria está a cargo de la Policía o de la Patrulla de la Moral (Gasht-e Ershad), cuyos agentes tienen la potestad de detenerlas, azotarlas o encarcelarlas si consideran que incumplen este código.

Despojarse del velo se ha convertido en un símbolo de desafío frente a una dictadura religiosa que mina sus libertades. Sin embargo, los problemas de las mujeres en Irán van mucho más allá de cubrirse el cabello: existen leyes como las del derecho de familia que subordinan a las mujeres a la autoridad del hombre, sea este su padre, hermano o esposo. Además,  la discriminación hacia la mujer en el matrimonio está siempre presente, lo mismo que en instancia de divorcio, custodia de sus hijos y herencia -heredan la mitad que los hombres- lo que profundiza su dependencia económica y social.

La  participación de las mujeres en la esfera pública y en actividades económicas es extremadamente limitada. Sistemáticamente se vulneran sus derechos a la igualdad, a la libertad y a la intimidad, entre otros.

Frente a toda esta opresión, las iraníes se han levantado y exigen cambios profundos que vayan más allá de la libre determinación de usar o no el hijab, que pasan por reformas legales, independencia del sistema judicial, erradicación de la Policía de la Moral, y, en general, mejores condiciones de vida para la población.

Sistema Judicial

El Jefe de la Judicatura iraní es designado y rinde cuentas al Líder Supremo, que es un ayatolá, un clérigo chiíta. Así lo establece la Constitución iraní, en su artículo 157:

Con el fin de cumplir con las responsabilidades del poder judicial en todos los asuntos jurídicos, administrativos y ejecutivos, el Líder Supremo nombrará como  presidente del Poder Judicial y por cinco años a un doctor de la ley (mojtahed) justo, conocedor de los asuntos judiciales y que sepa dirigir y tomar medidas, siendo este cargo la máxima instancia de este organismo judicial.

Por esta razón, el Sistema de Justicia Iraní carece de una verdadera independencia y ha sido señalado por la comunidad internacional como uno que incurre en graves violaciones a los derechos humanos: incomunicación, torturas y malos tratos a privados de libertad, flagelaciones y amputaciones; el alto grado de impunidad hacia los agentes del Estado que vulneran derechos, el indiscriminado uso de la pena de muerte y su ejecución en público.

Y por eso la importancia de una parte de las demandas de las mujeres en Irán: para poder conseguir las libertades que exigen tendrán que demoler las actuales instituciones retrógradas, comenzando por las leyes y la Justicia, la base jurídica de un sistema político-religioso opresor que les niega sus más elementales derechos.

La lucha de las mujeres en Irán es parte de la lucha de las mujeres en el mundo por la igualdad y el respeto; y, como tal, la comunidad internacional debe exigir que cesen las muertes y la represión, y que se cumplan sus demandas por la restauración y respeto de los derechos humanos de su población.

*Abogada ecuatoriana, Defensora de los Derechos Humanos, activista y dirigente del movimiento de mujeres en Ecuador

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