Noboísmo: ruptura democrática y diplomática

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Por Jaime Chuchuca Serrano

Hasta hace poco, la luna de miel noboísmo-correísmo, que le costó nefastas leyes al país, parecía interminable. El conflicto que estalló el 5 de abril, es de grupos y mafias políticas contra otros de similares condiciones. La diferencia está en que el grupo oligárquico Noboa tiene el poder político y económico a su disposición; y el correísmo lo disputa parcialmente.

 Glas, además de purgar pena, logró sortear los vericuetos legales, nacionales y diplomáticos. El otro grupo político corrupto, encabezado por Noboa, -y que recicla gente de Moreno, Lasso y el mismo Correa-, perdió parte de la contienda legal, en sus mismas trampas y compra de consciencias. De tal modo, que Noboa prefirió romper la Constitución y el derecho internacional, en un asalto armado de la Embajada de México. En definitiva, es la venganza del hijo de la fortuna mal habida de los Noboa (que roba al Estado cientos de millones de dólares en fraudes tributarios), en contra del correísmo envuelto en corrupción, que alguna vez les expropió una hacienda.

El negocio del narcotráfico no es una diferencia entre uno y otro, al revés, esto los ha unido en una intermediación constante. La mayor cantidad de pistas clandestinas están en las haciendas; y el grupo Noboa ahora goza de su propio puerto, el de Posorja, (que Correa les entregó en su momento), y que hoy empieza a desplazar las exportaciones del Puerto Guayaquil y la contaminación de los cargamentos. La burguesía en el poder, recurre a las armas y viola su santificado Estado de Derecho (the rule of law), para desplazar al otro grupo político que participará en las elecciones de 2025. La Consulta Popular y el Referéndum del 21 de abril, no son más que una trampa para fortalecer el poder armado, la esclavitud laboral y la dependencia de Ecuador como colonia.

Toda la comunidad internacional condena a Noboa por la violación del Convenio de Viena y otros tratados surgidos en los ríos de sangre de la Segunda Guerra Mundial y contra el poder de las dictaduras latinoamericanas. No hay un solo gobierno que apoye, por lo menos públicamente, a la burguesía reaccionaria de los Noboa, que cuando quieren usan las leyes como servilleta. Todo el compostaje de las oligarquías corruptas que apoyan al noboísmo, ahora se recubren del velo mediático, para continuar con la repartición del capital estatal, mientras la mayoría de la población llora en la pobreza por las medidas económicas que estos defienden.

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