Por Cecilia Jaramillo
Con la instauración del capitalismo, se producen cambios profundos en la estructura económica, social, cultural y política de la humanidad y estos cambios se expresaron en la composición de las familias y en la modificación de los roles tradicionales de las mujeres, principalmente de las clases trabajadoras; puesto que la demanda de los capitalistas de mano de obra para las industrias textiles, de producción de insumos para la industria fueron las condiciones para que las mujeres se incorporen masivamente a este proceso.
Sin embargo, esta incorporación se produjo en condiciones de extrema explotación con jornadas agotadoras de 14 y 16 horas diarias, salarios miserables y condiciones precarias de los lugares de trabajo, con el agravante de que no contaban con servicios para atención a sus hijos e hijas, salud y seguridad.
Esta situación de superexplotación de la mano de obra femenina fue enfrentada con grandes movilizaciones y huelgas que se multiplicaron en EE. UU., Inglaterra, Francia y en general en los países de mayor desarrollo capitalista. Las obreras textiles de Nueva York se movilizaron el 8 de marzo de 1857 para demandar una jornada laboral de 8 horas, pues tenían jornadas extenuantes de 14 horas; estas obreras en huelga fueron atacadas brutalmente. En Chicago, en Minessota, en otras ciudades de EE UU, en Londres, Berlín, París las obreras se movilizaron permanentemente para reclamar reducción de la jornada laboral a 8 horas, igualdad salarial con los hombres, creación de guarderías infantiles, mejoramiento sanitario de las fábricas, erradicación del trabajo infantil gratuito y por esta razón, el el Congreso Internacional de las Mujeres Socialistas que se realizó en Alemania, Clara Zetkin propuso que se establezca el 8 de marzo como DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA, en homenaje a todas las luchadoras que se movilizaron contra la explotación capitalista. Además de estas demandas en el ámbito del trabajo de las mujeres; se levantó como bandera de lucha política para las mujeres del mundo, el derecho al sufragio, demanda que se propagó por todo el mundo, dando lugar a la primera movilización mundial del movimiento de mujeres.
Ha transcurrido más de 150 años de estas grandes jornadas que cobraron la vida de cientos de mujeres que con su valentía, dejaron un gran ejemplo para los pueblos en su lucha por sus derechos. Su impacto fue tan importante, que también se expresó en el inicio de la gran Revolución Bolchevique, con la huelga de las obreras textiles de Petrogrado el 8 de marzo de 1918 y que fueron ejemplo de valentía y convicción revolucionaria.
La condición actual de las trabajadoras no ha cambiado sustancialmente a pesar de las grandes transformaciones científicas y tecnológicas, de las reformas en las normativas laborales; de la inclusión del enfoque de género en las leyes y mecanismos de participación política de la mayoría de países. Algunas cifras de OXFAM, enero 2023 grafican esta situación:
- Las mujeres tan solo ocupan el 24% de los escaños parlamentarios a nivel mundial.
- En el ámbito municipal, tan solo el 5% ocupan las alcaldías
- La media mundial en todos los continentes del salario de las mujeres evidencia que es inferior en 24% al de los hombres
- Casi dos terceras partes de los 781 millones de personas adultas analfabetas son mujeres
- 153 países de todas las regiones tienen leyes discriminatorias para las mujeres. En más de 30 países, se mantiene el impedimento legal de los maridos para que las mujeres trabajen
- Una de cada 3 mujeres sufre violencia machista. Cerca de 750 millones de niñas han sido obligadas al matrimonio forzado y cada día crece el porcentaje de feminicidios en el mundo
- El 71% de personas víctimas de trata para el comercio sexual y de órganos son niñas y mujeres
- En este contexto, es indispensable fortalecer un movimiento de mujeres de izquierda, anticapitalista, por la liberación social y trabajar por potenciar la capacidad de lucha y movilización de las mujeres para avanzar en los propósitos de conquistar su emancipación e impedir que las fuerzas reaccionarias del capitalismo y de los sectores conservadores aprovechen de sus demandas para desfigurar esta lucha que en esencia es anticapitalista y antipatriarcal y por ello es importante, denunciar la mercantilización del 8 de marzo.
En el Ecuador, el movimiento de mujeres y feminista es cada vez más potente y combativo. En todas las provincias y desde todos los sectores se convoca a la gran Jornada de Lucha por el DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA con las siguientes banderas:
- Contra la explotación capitalista y la opresión patriarcal
- Por trabajo y salario digno, contra la precarización y flexibilización laboral.
- Contra los despidos de trabajadoras y trabajadores
- Por la erradicación del trabajo infantil y las formas de esclavitud generadas por el capitalismo
- Por leyes laborales que garanticen el derecho al trabajo de las madres, de las jóvenes y de las mujeres de los pueblos y grupos sociales históricamente discriminados
- Por seguridad social para las mujeres y la jubilación de las trabajadoras a los 30 años de servicio sin límite de edad
- Por servicios sociales gratuitos y de calidad para las mujeres trabajadoras del campo y la ciudad
- Por la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres; la erradicación del femicidio
- Por el fin de la explotación sexual de niñas, niños y mujeres; contra la trata de personas.
- Por el respeto a los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres y la despenalización del aborto
- Por garantizar educación, salud y vivienda dignos para las mujeres jefas de hogar y sus familias
- Contra la discriminación, la xenofobia y el racismo
- Por los derechos humanos de las personas con diversidad sexo genérica
- Por la soberanía de los pueblos y por una nueva sociedad de respeto y dignidad para todos los seres humanos.
- Por la salida de Lasso y su gobierno corrupto y narcodelincuencial.
- Por la emancipación de las mujeres y por una vida de igualdad